Seguro te ha pasado que realizas una búsqueda, llegas a un sitio, ves un par de cosas y te retiras sin más. Después revisas otros sitios y empiezas a ver anuncios de lo que justo acabas de buscar, pasan días y siguen apareciendo. ¿Casualidad? No lo creo.
Este pequeño truco se llama Retargeting o Remarketing y es una manera de lograr que los compradores potenciales (es decir, tú que te fuiste sin realizar una compra) sigan teniendo en mente la marca del anunciante.
En general esto es aplicable a las tiendas virtuales, aunque también aplica en sitios a los que pagas por una suscripción. Esto se logra a través de cookies que utilizan un código Javascript que se instala en el navegador y te permite rastrear la actividad de la audiencia a través de la red.
El proceso a seguir debería ser más o menos el siguiente:
- Un cliente potencial visita tu sitio.
- Se informa sobre tus productos pero se va sin realizar una compra.
- Navega en internet y empieza a ver tus anuncios en los sitios que visita.
- Tu anuncio capta la atención del cliente potencial y lo lleva de regreso a tu sitio.
- El cliente potencial realiza una compra y se convierte en un cliente satisfecho.
¿Por qué funciona el retargeting?
El retargeting funciona porque se centra en ofrecer marcas o productos con los que el consumidor ya está familiarizado o en los que ha estado interesado. Por eso cuando combinas un anuncio con el mercado adecuado y lo llevas al lugar correcto, la probabilidad de conversión aumenta considerablemente.
Sin duda el retargeting es una gran herramienta, pero como todas, no debe utilizarse aislada sino en conjunto y como parte de una estrategia digital. Junto al inbound, outbound marketing y generación de demanda, puedes obtener resultados increíbles.