¿Puede un simple checklist cambiar el rumbo de un país, hacer más eficiente una organización o salvar vidas?
Atul Gawande afirma y demuestra en forma contundente que sí es posible. En su libro The Checklist Manifiesto, con una serie de dramáticos ejemplos de cirugía, aviación, construcción de alta seguridad entre otros, nos cuenta cómo un checklist puede ser la diferencia entre la vida y la muerte durante una emergencia aérea o un procedimiento quirúrgico e incluso hacer que un edificio construido correctamente resista los embates de la nauraleza.
Uno de sus puntos centrales es que la industria de la aviación ya ha utilizado los checklists desde hace muchos años. Los pilotos los utilizan con disciplina asía que las líneas aéreas y los grandes fabricantes de aviones tardan muy poco tiempo en hacer públicos nuevos checklists, a diferencia de otras industrias. Por ejemplo, un nuevo estándar quirúrgico puede tardar años en ser implementado.
Un checklist a pesar de ser un recurso simple te puede ayudar a resolver problemas complejos y a establecer prioridades en situaciones de emergencia, donde tomar decisiones a la ligera puede ser peligroso. Recordemos que dos cabezas piensan mejor que una, por eso un checklist se elabora incluyendo a una serie de personas expertas en el tema.
El Dr. Gawande fue comisionado por la Organización Mundial de la Salud para crear un nuevo checklist de seguridad general en cirugías. El resultado fue un proceso de seguridad quirúrgico que detuvo las muertes por infección en forma dramática.
Steve Jobs dijo alguna vez que “lo simple puede ser más difícil que lo complejo” y es mediante este libro que Gawande hace evidente que la simplicidad de un checklist puede ayudar a detectar en forma temprana problemas muy complejos.
Este libro te hace relexionar cómo aplicar un checklist a tus procesos. ¿No será sino un checklist el que haga falta para que las organizaciones se decidan a crear contenido? ¿Puede ser un checklist la forma de revisar si nuestra empresa va hacia donde queremos?
Ahora, ¿cómo podemos elaborar un checklist?
Existen dos tipos de checklist: DO-CONFIRM y READ-DO. El primero se trata de hacer el proceso de acuerdo a la experiencia previa y confirmar que todos los parámetros son correctos, es decir, que haz realizado lo que debías. El segundo se trata de acomodar las variables de acuerdo a los parámetros establecidos en el checklist.
Un mal checklist es vago e impreciso, muy largo y difícil de usar. Es impráctico. Un buen checklist es corto, preciso y eficiente, hecho para utilizarse en situaciones difíciles. Trata de recordarle al usuario lo que es importante y es, sobre todo, práctico.
Al hacer un checklist se tendrá que determinar el número de decisiones y propósito, definir el tipo (DO-CONFIRM, READ-DO) y por supuesto, deber ser probado en la vida real.
Si quieres saber más, en te recomiendo leer The Checklist Manifesto, o bien en su sitio puedes encontrar numerosos recursos, incluyendo ejemplos de checklists.